Brasil se queda sin agua; perdió el 15% de sus ríos y lagos en 40 años

Brasil, que alberga el 12% del agua dulce del planeta, especialmente en el Amazonas, enfrenta una continua reducción de su superficie acuática debido a la explotación de la tierra y a eventos climáticos, según un informe publicado este viernes.

Solo entre 2023 y 2024, el gigante latinoamericano perdió 2% de su territorio cubierto por agua, indicó la plataforma de vigilancia MapBiomas. Se trata de una tendencia constante: desde 1985, la superficie de los ríos y lagos de Brasil se redujo 15%.

«La dinámica de ocupación y uso de la tierra, junto con eventos climáticos extremos causados por el calentamiento global, están dejando a Brasil más seco», advierte Juliano Schirmbeck, coordinador técnico de MapBiomas Agua.

Brasil ha tenido una disminución considerable de agua dulce en las últimas décadas. (AFP)

Casi dos tercios de la superficie de agua de Brasil se halla en el Amazonas, que tiene un papel crucial en la regulación del clima local y mundial por su capacidad de absorber dióxido de carbono. Golpeada por una sequía extrema, esta región perdió el año pasado 3,6% de sus cuerpos de agua en relación con la media histórica.

Este fenómeno es consecuencia de sequías, sobreexplotación de acuíferos, desarrollo urbano o modificación de cauces naturales. Impacta negativamente en la biodiversidad, la producción agrícola y las comunidades que dependen de estos recursos hídricos para subsistir.

Brasil ha tenido una disminución considerable de agua dulce en las últimas décadas. (AFP)
El Pantanal, por su parte, fue el bioma más afectado, con un 61% menos de superficie de agua respecto a la media desde 1985. Los incendios que azotaron el mayor humedal del planeta ubicado al sur de Amazonas aceleraron esa reducción. Pese a que la superficie de agua «antrópica» (reservorios, represas) creció en Brasil un 54% desde 1985, esto no compensa la tendencia general de pérdida de agua natural, señala el informe de MapBiomas.

«Estos datos sirven como una alerta sobre la necesidad de estrategias adaptativas de gestión hídrica y políticas públicas que reviertan esta tendencia», afirmó Schirmbeck.

Brasil se prepara para acoger la COP30 sobre cambio climático en noviembre en Belém, la capital del estado amazónico de Pará.

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